Artrosis vertebral: qué es, factores de riesgo, síntomas y tratamiento.

¿Qué es la artrosis vertebral?

La artrosis es una enfermedad degenerativa crónica que puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, en la columna se produce cuando hay deterioro en los discos situados entre las vértebras.

Los discos vertebrales actúan como amortiguadores y con la edad pierden elasticidad, haciendo que una vértebra choque con otra. En ocasiones, el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos).

¿Qué la origina? Causas:

Aunque no se conoce la causa de esta patología con certeza, existen algunos factores de riesgo asociados a su aparición:

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres con más de 50 años.
  • Actividad laboral: la repetición de los movimientos articulares (levantar objetos pesados, malas posturas mantenidas…) que llevan a la sobrecarga articular.
  • Tabaquismo: disminuye la irrigación sanguínea y la nutrición que llega a la columna, impidiendo la reparación del disco.
  • Obesidad: puede agravar la artrosis.
  • Traumatismos: fracturas y lesiones pueden desencadenarla.

 

¿Existen síntomas que me permitan detectarla?

Al contrario de lo que se creía antiguamente, se puede afirmar que la degeneración del disco no causa dolor. A medida que el disco se va desgastando, la musculatura debe trabajar más para sostener la columna durante los movimientos. En caso de que la musculatura no sea capaz de coordinarse y resistir para asumir ese esfuerzo adicional, es posible que ocurra un sobreesfuerzo de la musculatura y se desencadene el mecanismo neurológico que produzca y mantenga el dolor.

Este dolor puede aparecer al realizar ciertos movimientos o sobrecargar la zona afecta, reduciendo la movilidad de la columna. Por lo tanto la degeneración discal no sería la causa del dolor, sino un factor predisponente.

Cabe mencionar que cuando el disco está muy desgastado, el exceso de carga hace que el hueso forme un “osteofito”. Esta estructura a veces puede comprimir un nervio o producir estenosis espinal (disminución del espacio del canal vertebral). En este caso, sí puede provocar dolor, hormigueo o pérdida de fuerza.

Para prevenir el desarrollo de la enfermedad se debe llevar una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicio físico de forma moderada y evitar la obesidad. De la misma manera es importante corregir las malas posturas, sobre todo al cargar objetos pesados o realizar actividades laborales que implican sobreesfuerzo.

En cuanto al tratamiento, es posible aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida con los ejercicios adecuados:

Artrosis Lumbar

  • Respiración abdominal y corrección postural: colocar la mano sobre el vientre. Al inspirar con la nariz, enviar el aire al abdomen. Al espirar por la boca, intentar llevar el ombligo hacia detrás y arriba, como si quisiéramos hundirlo en la camilla. Al mismo tiempo, contraer glúteos (apretar las nalgas) e intentar crecer, alargando la columna lo máximo posible.

  • Ejercicio del gato: Colocarse a cuatro patas y arquear la espalda lo máximo posible hacia arriba y hacia abajo. Mantener cada posición de 5 a 10 segundos.

  • Planchas: Apoyar antebrazos y rodillas en el suelo manteniendo la columna recta y meter el ombligo hacia dentro. Si resulta fácil, apoyar la punta de los pies y elevar las rodillas del suelo. Mantener la posición 20 – 30 segundos. Repetir el ejercicio de lado.

  • Estiramiento: Colocados a cuatro patas, flexionar cadera y rodillas hasta sentarse sobre los talones. Deslizar las manos hacia delante. Mantener la posición 30 segundos.

Artrosis dorsal:

  • El puente: Colocarse boca arriba, las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Elevar lentamente las nalgas del suelo hasta alinear los muslos con la columna. Mantener 5-10 segundos y volver lentamente a la posición inicial.

  • Cadenas cruzadas: Tumbarse boca abajo con los brazos estirados hacia arriba y un cojín en el abdomen. Elevar una mano y la pierna contralateral hacia arriba y mantener durante 15 segundos. A continuación realizar el ejercicio con mano y pierna contrarias.

Artrosis cervical

Es importante dejar de hacer los ejercicios si aparece el mareo.

  • Isométricos: Colocar la mano izquierda en el lado izquierdo de la cabeza y empujar la cabeza contra la palma de la mano. No debe haber movimiento. Resistir durante 5 segundos. Repetir con el lado derecho.

  • Movimientos cervicales: Realizarlos despacio y prestando atención a la posición de la cabeza y el cuello en cada momento. Hay que echar la cabeza hacia atrás y después hacia delante, intentando que el mentón contacte con el pecho. Realizar giros con la cabeza a ambos lados (mirar hacia la derecha e izquierda). Continuar con inclinaciones laterales, sin mover los hombros.

 

  • Estiramiento: Inclinar la cabeza hacia un lado mientras nos ayudamos con la mano del mismo lado. Mantener durante 30 segundos. Repetir con el lado contrario.

 

Existen una infinidad de ejercicios para prevenir o aliviar el dolor que causa la artrosis vertebral pero es importante adaptarlos a cada paciente. Por eso se aconseja que cada persona sea valorada por un profesional que pueda realizar un tratamiento individual y personalizado, bajo supervisión.

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