Como cada año, se acercan una vez más las altas temperaturas y, con ello, la realización de una práctica deportiva puede volverse más complicada. En este artículo, venimos a daros una alternativa con múltiples beneficios, para seguir moviéndonos y cuidando de nuestra salud. Por eso, lo hemos titulado Ejercicio en el agua: qué gran ventaja.
¿Por qué es tan bueno hacer ejercicio en el agua?
Con esta disciplina las posibilidades son muy variadas. Los beneficios de cualquier actividad física pueden trasladarse e incluso multiplicarse gracias a la acción de la gravedad y la propia resistencia natural que ejerce el agua sobre nuestros cuerpos. Si contamos con la posibilidad de realizar estas rutinas en agua de mar nos veremos también beneficiados por la absorción de los múltiples oligoelementos que esta contiene para su posterior aprovechamiento. Este agua cuenta a su vez con propiedades antibióticas y ejerce un notable efecto terapéutico debido a su densidad.
¿Qué beneficios directos tiene?
Estos son algunos de los beneficios de entrenar en el agua:
- Es posible regular la intensidad de trabajo. Podemos utilizar diferentes materiales para aprovechar la resistencia que esta ejerce.
- En el agua tu peso corporal se ve reducido a un tercio. Esto nos permite movernos con facilidad, reducir la fatiga y trabajar sobre articulaciones con mucho menos impacto y carga.
- Favorece una mayor circulación sanguínea y una mejor resistencia cardiovascular.
- Permite tonificar el cuerpo de manera sencilla gracias a la resistencia natural del agua y el trabajo de todas las partes del cuerpo.
- Es una práctica ideal para adultos mayores, mejorando la utilización de sus articulaciones y disminuyendo el dolor en patologías como la osteoartritis.

¿Qué tipo de ejercicios puedo hacer?
Con toda esta información os vamos a proponer algunos ejercicios para que podáis empezar con esta disciplina divididos en los diferentes grupos musculares que queramos trabajar. Es importante comentar también que podremos entrenar el cardio de manera muy sencilla caminando o corriendo en zonas donde el agua nos cubra hasta el ombligo y nadando.

Ejercicios ejemplo:
Abdominales:
- Superiores: Colocaremos nuestras piernas por fuerza de la piscina, con las rodillas en el borde, manteniendo los glúteos en la pared y los brazos cruzados en el pecho. Realizaremos series de abdominales variando el rango de movimiento y las repeticiones.
- Inferiores: Apoyaremos la espalda en el borde de la piscina con el agua a la altura del pecho y sin tener contacto con los pies y el fondo. A continuación llevaremos las rodillas al pecho y estiraremos las piernas hacia el fondo alternativamente.
Tren inferior:
- Sentadillas: Realizaremos este ejercicio de la misma manera que lo haríamos normalmente. El agua debe estar situado a la altura de la cintura en la posición de inicio (de pie).
- Saltos: Nos colocaremos en una zona en la que el agua nos quede a la altura del pecho. Realizaremos saltos impulsándonos con las dos piernas o alternando con cada una de ellas durante un minuto.
- Patada de glúteo: Nos colocaremos mirando al borde de la piscina, sujetando este con ambas manos y con los pies apoyados en el suelo. El agua debe quedarnos a la altura del abdomen superior. Doblaremos la rodilla de la pierna que vayamos a trabajar y la moveremos hacia atrás estirando la rodilla a su vez. Al llegar al final del recorrido volveríamos a la posición inicial. Es importante realizarlo con las dos piernas y contraer la zona glútea para su realización.
Tren superior:
- Tríceps: Nos colocaremos de espaldas al borde en una zona en la que el agua nos llegue a la altura del abdomen superior. Apoyaremos las palmas de las manos en el borde, con los codos apuntando hacia atrás y los dedos hacia el agua. Desde esta postura nos elevaremos utilizando los tríceps, de manera que nuestro cuerpo suba y baje.
- Aperturas pectorales en el agua: Nos situaremos en una parte en la que el agua nos llegue al cuello. A continuación nos apoyaremos de manera firme en el suelo con los pies y extenderemos los brazos en forma de cruz con las palmas de las manos apuntando hacia delante. Desde esta posición moveremos únicamente los brazos hasta que las manos se encuentren frente al pecho. Es importante mantener los codos estirados y las palmas de las manos hacia delante para trabajar contra la resistencia.
- Bíceps: Nos colocaremos de manera similar al ejercicio anterior pero con los brazos extendidos a los laterales del cuerpo y los codos pegados a este. Las palmas de las manos también apuntan hacia delante. Desde esta posición y manteniendo los codos pegados al cuerpo doblaremos y estiraremos los mismos. La mano extendida y mirando hacia delante actuará aumentando la resistencia del agua nuevamente.
Existen infinidad de ejercicios y de entrenamientos que se pueden realizar dentro del agua este verano. Si quieres seguir moviéndote pero sin pasar calor, esta es una gran oportunidad. Si necesitas un profesional que te oriente en los ejercicios y a la vez proteja tu cuerpo de movimientos o gestos lesivos, contacta con UrbanFisio. Te atenderemos encantados.
