¿Qué nos puedes contar sobre ti?
Mi nombre es Pablo y soy fisioterapeuta desde hace 7 años. Nací en Madrid y estudié Fisioterapia en la Universidad de Alcalá. Me gusta mucho practicar deporte, principalmente fútbol y crossfit, y considero indispensable en mi vida el cine y la música.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser fisio?
He practicado diversos deportes desde niño y con 14 años tuve una lesión en la rodilla que me obligó a conocer a mi primer fisio. Esta experiencia me descubrió una profesión casi completamente desconocida para mí y me enseñó la importancia de realizar una buena recuperación tras sufrir una lesión.
¿En qué consiste tu trabajo?
Estudié Fisioterapia con el objetivo de aprender ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida. Al principio pensaba que solo podía hacerse utilizando nuestras manos, y poco a poco me di cuenta de que tenemos muchas más herramientas a nuestro alcance que son tanto o más útiles: los conocimientos teóricos, en educación terapéutica, en ejercicio, en dolor, etc. Pero lo que hace realmente único al fisioterapeuta es que sabe combinar esos conocimientos y destrezas con una excelente inteligencia emocional.
¿En qué medida es importante la educación con la salud?
“Dale a un hombre un pez y comerá un día. Enséñale a pescar y no volverá a pasar hambre”. Esta frase podría aplicarse perfectamente a la educación para la salud. Habitualmente, a los fisios se nos solicita ayuda para aliviar algún dolor o “curar” una lesión. Un tratamiento pasivo, basado méramente en la terapia manual, aliviará el dolor en un momento determinado, pero no solucionará el problema que lo ha originado. La educación terapéutica es básica para conseguir que el origen del problema desaparezca, pues genera cambios en la conducta que está contribuyendo a la perpetuación del dolor.
¿En qué piensas cuando estás tratando a un paciente?
Durante mi trabajo, intento mantener los cinco sentidos centrados en la atención a mi paciente. Me gusta mucho la fase de valoración y evaluación, hacerme preguntas terapéuticas e hipótesis de diagnóstico, y durante la aplicación de mi tratamiento estoy continuamente analizando los cambios y respuestas que éste va generando en el estado de salud de mi paciente.
¿Cuál es la parte más gratificante de la profesión?
El fisioterapeuta es uno de los profesionales más felices y eso se debe a lo gratificante que supone el saber que estás ayudando a otras personas a mejorar su calidad de vida. Para mí, es muy gratificante cuando un paciente me abre la puerta con una sonrisa, con esperanza y confianza en que voy a ayudarle a mejorar su día a día. También es muy gratificante cuando una persona que ha pasado por diversos profesionales sanitarios acude a ti, ya desesperada, y consigues encontrar el origen del problema y ayudarla a recuperar su calidad de vida.
¿Cuál es la clave para ser un buen fisio?
Ser un fisio de cabecera implica ser un profesional sanitario de primer orden, a la altura de cualquier especialidad de la medicina, que posee un profundo conocimiento teórico de su campo de actuación, pero también posee unas excelentes aptitudes emocionales, como son la empatía, la honradez, la escucha activa, la responsabilidad y la generosidad. Un fisio de cabecera es aquél que se preocupa constantemente por sus pacientes, los atiende con cercanía y de manera individualizada, se preocupa por su estado de salud de manera global y sabe adaptar su actuación a las necesidades personales del paciente. Es alguien en quien sus pacientes confían y aprecian.
Dinos la frase que más encaja contigo como fisioterapeuta
“Lo importante es no dejar de hacerse preguntas” A. Einstein