Seguro que has oído hablar de ella pero realmente ¿sabes qué es la pubalgia? La pubalgia es una mezcla de lesiones que se generan en la región de la pelvis y vienen originadas por una inflamación. Esta inflamación se produce en la zona de inserción de la musculatura abdominal en el borde superior del pubis y/o de la musculatura aductora que va desde la cara interna del muslo hacia el borde inferior de dicho hueso. Afecta principalmente a pacientes varones, mayoritariamente deportistas que realizan actividades que requieran cierta estabilidad.
El dolor causado por la pubalgia suele ser difuso inicialmente, aunque puede acabar extendiéndose hacia otras zonas. Puede instalarse durante semanas o meses, en primer lugar sólo al realizar las actividades deportivas y, posteriormente, se puede extender a cualquier actividad de la vida diaria.
¿Cuáles son los diferentes tipos de pubalgia?
En función de dónde se ubique la lesión, existen varios tipos de pubalgia:
- Pubalgia alta: aparece cuando se inflaman los músculos rectos anteriores del abdomen, causando dolores por problemas en la musculatura abdominal.
- Pubalgia baja: localizada en la región de los aductores, afectando principalmente al aductor mediano.
- Pubalgia mixta: es la combinación de las anteriores, cuando se conectan tanto la musculatura del abdomen como del aductor.
¿Qué síntomas presenta?
El síntoma principal de la pubalgia es dolor en la zona inguinal, que generalmente aparece durante la práctica de actividad deportiva, y que empeora mucho y rápido después de realizarlo. Debido a lo complejo de la anatomía en el pubis, el dolor puede ser bilateral o afectar solo un lado y extenderse o bien por el muslo o hacia el vientre bajo.
El dolor aparece principalmente al realizar contracción excéntrica de los abductores, como al cambiar de dirección en velocidad, al parar en seco o al golpear y recibir el balón. Lo normal es que sin tratamiento pueda prolongarse durante meses y pueden surgir recidivas después de periodos de descanso, impidiendo incluso la realización de movimientos simples, limitando de esta forma la calidad de vida del paciente.
¿Cuáles son las causas de la pubalgia?
Generalmente, la causa principal de la pubalgia se debe a dos factores: la sobrecarga muscular y al sobreentrenamiento durante la práctica deportiva.
Lo que sí es cierto que, en la mayoría de los casos, el foco principal de la lesión no se encuentra en el pubis, sino en las estructuras adyacentes: musculatura abdominal y crural. Esto se debe, a que se suele producir un desequilibrio muscular entre los músculos aductores (normalmente entrenados y fuertes) y los músculos abdominales (frecuentemente más débiles y poco entrenados), lo cual genera una inestabilidad pélvica y una consecuente inflamación a nivel de la inserción muscular, ocasionando dicha patología
Unido a ello, la realización de movimientos repetidos y forzados, como cambios de dirección y de velocidad, favorecen la aparición de las pubalgias. De igual manera, una incorrecta preparación previa del entrenamiento o un calentamiento mal desarrollado también propician la aparición de la lesión. Otras causas de dicha patología se relacionan con el tipo de superficie, el calzado utilizado, el tipo de deporte que se realiza, etc.
Además de los anteriores, existen además otros factores intrínsecos o internos que se relacionan con las características anatómicas y morfológicas de cada persona, como pueden ser: alteraciones posturales (posible dismetría de miembros inferiores, anomalías en la columna, hiperlordosis lumbar, etc.) o musculares (hipertrofia, acortamiento de cadenas musculares, debilidad de región abdominal, etc.).

¿Qué métodos o técnicas de tratamiento se realizan desde la Fisioterapia?
El objetivo principal del tratamiento fisioterápico de la pubalgia es reducir los síntomas de dolor e inflamación para, posteriormente, adaptar los músculos con la finalidad de evitar recidivas cuando se vuelva a entrenar al ritmo habitual. Por tanto, el tratamiento inicial debe ser conservador y únicamente como último recurso podemos indicar al paciente el tratamiento quirúrgico.
Para el tratamiento de la pubalgia en fase aguda, se recomienda al paciente una serie de técnicas, entre ellas:
- Inicialmente realizar reposo o descanso de la actividad física que la ha ocasionado.
- Crioterapia local y kinesiotaping para aliviar los dolores provocados por las pubalgias.
- Técnicas manuales como la masoterapia y Cyriax en aductores y abdominales.
- Uso de aparatología adecuada: magnetoterapia, láser, ultrasonido, etc.
Posteriormente y una vez superada la fase aguda, los programas de readaptación deportiva y ejercicio terapéutico son esenciales para conseguir una vuelta segura a la actividad física. En base a ello, existen diferentes programas de flexibilidad, ejercicios de fuerza y estabilización del CORE, considerados como el método más efectivo para prevenir y tratar la aparición de lesiones de pubalgia. Dichos ejercicios consistirán principalmente en desarrollar una correcta tonificación y equilibrio de los diversos grupos musculares.
El tiempo de recuperación de la pubalgia es variable. Esto dependerá de varios factores como: el grado de afectación, de la musculatura de cada paciente en particular, del tratamiento en concreto aplicado, etc.

¿Cuáles son los principales ejercicios indicados para el tratamiento de la pubalgia?
En casos de pacientes que previamente hayan padecido pubalgia, se deben realizar una serie de ejercicios de calentamiento para el tratamiento de la lesión, con el objetivo de evitar la cronificación del proceso.
Entre los principales y más importantes ejercicios realizados se pueden pautar:
- Estiramiento de cuádriceps: colocando un rodillo de espuma en la parte interna del muslo, rodándolo desde la rodilla hasta la zona de la ingle. Realizar tres series de diez en cada lado.
- Estiramiento del flexor de la cadera (arrodillado): comenzando en posición de zancada con una rodilla en el suelo y la otra pierna flexionada por delante con el pie apoyado en el suelo. Girar el tronco hacia el mismo lado que la pierna adelantada y contraer el glúteo de la pierna trasera para estirar más el flexor y los músculos del pubis. Repetir el ejercicio unas cuatro a seis series de diez por cada lado.
- Estiramiento de glúteos, isquiotibiales y abdominales: pies juntos, se da un paso lateralmente con el pie, bajando lentamente hasta llegar a la posición de estocada. Realizar dos o tres series de diez repeticiones.
- Estiramiento de los rotadores internos de la cadera: sentado en el suelo con las rodillas separadas y las plantas de los pies juntas. Con ayuda de los codos, empujar suavemente y de forma gradual las rodillas hacia el suelo para estirar al máximo los músculos del pubis. Realizar de tres a cinco series.
- Estiramiento de aductores, isquiotibiales e iliolumbares: sentado con las piernas abiertas y la espalda recta, inclinar el tronco hasta tocar con las manos los pies. Realizar de tres a cinco series.

Si tienes alguno de los síntomas descritos o crees que puedes estar sufriendo algo parecido, ponemos a tu disposición nuestros fisioterapeutas especializados. ¡Habla con nosotros y te aconsejaremos, sin compromiso!

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