Seguro que has oído hablar de ella, pero realmente ¿sabes qué es una rotura en la musculatura isquiotibial? Te explicamos qué es la rotura de isquiotibiales, cómo se produce y cómo se recupera.
Como bien nos indica su nombre, es una rotura que se puede producir a lo largo de las fibras del paquete muscular de los isquiotibiales, situados en la parte posterior del muslo, entre el glúteo y la parte posterior de la rodilla. Esta rotura puede variar su localidad según el gesto que produce la lesión y, por ello, también cambia la forma en que se recupera.
¿Qué nos puede causar una rotura de isquiotibiales?
Es una lesión de miembros inferiores muy común en deportes explosivos como fútbol, baloncesto o atletismo, pero también puede producirse por otras causas en personas que no son deportistas.
Así pues, son muchas las causas que pueden provocarla. Las más comunes suelen ser:
- Haber padecido una lesión previa en los isquiotibiales
- Sobrecarga o acortamiento muscular
- Desequilibrio en las fuerzas musculares
- Mala adaptación al ejercicio
- Calzado inadecuado
- Falta de hidratación, vitaminas, minerales y oligoelementos

¿Qué síntomas y signos puede tener?
Antes de producirse la lesión se puede notar cierta tensión en ese grupo muscular, dolor leve como pinchazos al realizar algún gesto y pérdida de fuerza o movilidad.
Una vez producido, puede cursar con un sangrado “hematoma” (según el grado de la rotura) que aparece a las horas y dolor muy fuerte en esa región con dificultad para andar o realizar algunos movimientos.
¿Qué tipos de roturas hay?
Como hemos comentado antes, dependiendo del gesto que produce la lesión y el momento en que se produce, la lesión puede estar localizada en diferentes zonas:
- La parte tendinosa
- La unión entre el músculo y el tendón
- Las fibras musculares
Esta información es muy útil e importante, ya que, dependiendo de la zona afectada, se tiene que tratar de una forma u otra debido a que, a la hora de ser rehabilitado, no se tiene la misma respuesta al ejercicio.
¿Cómo puedo prevenir esta lesión?
Hay algunos consejos que podemos seguir para minimizar el riesgo de padecerla:
- Respetar adecuadamente los descansos. Después de entrenar o realizar ejercicio es muy importante dejar un tiempo para que el cuerpo se reponga de la carga. Si no lo hacemos, estaremos forzando al cuerpo y generando un estrés o una sobrecarga que aumenta las posibilidades de lesionarnos.
- Fortalecer la musculatura globalmente puede ayudarnos a no generar un desequilibrio que acabe por crear una lesión de este tipo.
- Tener un buen hábito nutricional nos ayudará a reponer al cuerpo frente a la carga de entrenamiento.
- Un calzado o material deportivo correcto que se adapte perfectamente.
- Ponerte en manos de profesionales. Este es uno de los puntos más importantes. Los entrenadores personales pueden ayudarte a gestionar tus pautas de entrenamiento y el fisioterapeuta puede ir valorando la respuesta de tu cuerpo ante esas cargas para prevenir las lesiones.

¿Qué hago si me he lesionado?
Si haciendo algún gesto o movimiento sientes la sensación de una posible rotura, debes aplicar frio a la zona, compresión con vendas y elevar el miembro afectado para disminuir el sangrado.
Guarda reposo y contacta con el fisioterapeuta para una valoración con sus pruebas pertinentes e iniciar el tratamiento lo antes posible, esto ayudará a una rehabilitación temprana y a cicatrizar la herida lo antes posible.
Es muy importante una rehabilitación con un fisioterapeuta, dado que esa cicatriz interna tiene que curar perfectamente y ser funcional. De lo contrario, se podría recaer y entrar en un ciclo lesional.
Pautas para la rehabilitación e incorporación
Cada caso es individual y adaptado al paciente y su lesión, por lo que no siempre se siguen los mismos pasos en todos los casos. Que estés lesionado no significa reposo absoluto, haz lo que te permita la pierna sin dolor.
Una vez bajada la inflamación y el dolor, se debe aportar calor interno que acelerará la regeneración muscular y añadir paulatinamente una serie de ejercicios específicos con una carga adaptada para empezar a recuperar la fuerza y movilidad. Estos ejercicios se realizan sin dolor.
A medida que va cicatrizando la lesión, se van aumentando los ejercicios y su dificultad hasta conseguir trabajar con el gesto que le produjo la lesión. A parte de la lesión, en cada sesión se tratará la musculatura de alrededor para fortalecer y asegurar la zona afectada.
Como cada persona es un caso diferente, no se puede definir una fecha concreta a la incorporación. Se puede hacer una estimación en base a la evolución y la reevaluación del fisioterapeuta y siempre se recomienda la incorporación paulatina al ejercicio antes de recuperarse por completo, bajo la supervisión del fisioterapeuta.

Referencias
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